Es el instrumento
gráfico que hemos decidido utilizar como iglesia, el cual presenta un
itinerario de cinco fases, que tiene como objetivo ayudar a cada creyente a
crecer en su fe, lo cual bajo nuestro paradigma de propósitos, se logra
experimentando vivencialmente cada uno de ellos.
El Diamante, como
instrumento de crecimiento integral, cumple con formar al creyente en las bases
fundamentales de la fe, dándole un enfoque equilibrado de lo que es la vida
cristiana; sin embargo, son los ministerios los que van a perennizar el
desarrollo saludable de cada integrante de la iglesia, los cuales deben
trabajar coordinadamente para mantener equilibrada la salud integral del
creyente.
Cada una de las 5
fases del diamante tiene dos ámbitos de alcance práctico que se complementan,
siendo el primero “Doctrinal” y el segundo “Experiencial”; estos buscan que el
participante experimente uno de los cinco propósitos fundamentales de nuestra
fe (Comunión, Madurez, etc.)
